domingo, 21 de marzo de 2010

Cajas de Ahorro

Mucho se está hablando ahora de las Cajas de Ahorro y no para bien. Están muy tocadas por la crisis inmobiliaria, más que los bancos, porque desarrollaron muy poco su internacionalización y su diversificación hacia otro tipo de actividades como la de servicios a empresas por ejemplo.

La falta de desarrollo en general de la banca española hacia las empresas es la causa de su retraimiento en tiempos de crisis. No se fían porque las entidades financieras no están entrenadas en el análisis de la actividad empresarial. Antaño entraban en su capital y se asociaban con las entidades que les interesaba, hoy en menor medida siguen en las mismas. Pero la mera actividad de prestar dinero a las empresas, les asusta, quieren otros avales personales. En fin este es el verdadero grado de bancarización de la novena economía mundial, amplias posibilidades de mejora.

¿Qué persiguen los partidos políticos, los sindicatos y los gobiernos autonómicos en las Cajas de Ahorro? Desde luego parece difícil fundamentar que la respuesta sea el interés general. Suelen criticarles tres tipos de apaños:

a) Colocar hijos de amiguetes;

b) Conseguir créditos para empresas en las que tengan interés;

b) El dinerito de la obra social para proyectos auspiciados por ellos (sindicatos, entidades fundadoras e impositores también pugnan en alguna medida por estos fondos)

Triste pero así es.

Sin embargo, desde su lado se recuerda que el sistema anterior de Cajas de Ahorro dejaba en las manos exclusivas de sus gestores tanto el interés general como el sistema de prebendas. En Madrid se contaba, por ejemplo, como regalaban piso a periodistas que venían de provincias contratados por los diarios que se publicaban en la capital. No es difícil imaginar a cambio de qué.

Hoy asistimos a una pelea en la cúpula de la CECA por la sucesión de su Presidente y con un trasfondo verdaderamente interesante.

Mi amigo José María Martínez, responsable de CC.OO, sindicato mayoritario en las cajas, ve en la postura de las grandes cajas –Caixa, Caja Madrid, Bancaja, CAM y Unicaja- “que conduce a la privatización. Hay agendas ocultas llevadas desde algunos partidos, grandes grupos industriales y la oligarquía financiera para hacerse con ellas. Ese es el verdadero debate de fondo”.

Las susodichas grandes Cajas hablan de “la profesionalización, la reducción de políticos en los consejos, la internacionalización y la búsqueda de capital en los mercados”.

¿Cajas nacionales o regionales? Recuerda a “gato blanco o gato negro…”. A mí díganme quien se las va a quedar, por qué y a cambio de qué.

El gran argumento para evitar las fusiones fuera de sus respectivas regiones consiste en filtrar entre su camarilla que el gobierno regional se quedaría sin el instrumento financiero imprescindible para evitar deslocalizaciones empresariales y para conseguir el desarrollo económico. ¡Uf! Cuando uno relee todo esto, la verdad es que da pereza afrontarlo: morralla de tercera regional para un Estado que quiere un puesto permanente en el G-20.

Y lo peor de todo es que los gobiernos regionales conocen las soluciones pero no las aplican. Un alto cargo en una Consejería de Hacienda de una comunidad autónoma me dijo "esto seguirá igual hasta que no se cambie la ley y los beneficios de la obra social no pasen directamente a la hacienda de la comunidad”.

Yo estoy a favor de esa solución. ¿y no es éste un buen momento con lo que está cayendo en el sistema financiero?

No hay comentarios: