domingo, 21 de marzo de 2010

Yo me avergüenzo

¿Me siento suficientemente feliz?

¿Antepongo en mi vida dar felicidad suficiente -sin caer en el conformismo de "doy toda la que puedo" o de "la doy a la gente de mi familia, entorno, etc"-?

Este es el paradigma principal de "mi vida buena" y supongo que el de muchas y muchos, personas en el mundo, residan en su país de origen o se asienten en otro por diversos motivos, tanto da.

Vivimos una época de turbulencias financieras primero y económicas ahora, en todo el mundo. El huracán se activó en EE.UU y afecta con mayor virulencia a unos países que a otros -de momento-, pero nadie se libra…

Estos son los pensamientos en los que naufrago, mis preocupaciones. Nos ahogamos en preocupaciones, morimos al mundo de ser útiles a alguien –incluso a nosotros mismos-. Las preocupaciones actúan como justificación del miedo a hacer algo y como consecuencia del miedo: “dónde voy yo a intentar resolverlo, si torres más altas han caído” “no lo intento porque me enfrentaría a un poder despiadado”.

Y lo más patético es que la solución está clara “¿en qué puedo influir” esa sí es una pregunta trascendente. Luego mucha acción en este terreno que como decía Goethe “Soplar no es como tocar la flauta, para esto hace falta saber mover los dedos”… y moverlos, moverlos, moverlos “con fundamento” de Arguiñano.

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